Durante esta segunda ola los colegios intentan afrontar con las medidas a su alcance, que a veces resultan muy básicas, la incertidumbre sobre la transmisión del virus en sus centros.
Esta pandemia ha evidenciado profundas carencias en diversos aspectos y en el ámbito de la educación también. En 1987 comenzó a actualizarse la legislación sobre ventilación en edificios ampliada posteriormente en el año 2007. Desde ese año, todos los colegios españoles deberían haber contemplado la renovación o instalaciones de sistemas de depuración del aire, a falta de una ventilación óptima en las aulas. Sin embargo, muchos centros educativos carecen de sistema de ventilación y eso dificulta la correcta ventilación en sus espacios cerrados, pese a la regulación vigente.
Es por este motivo que con el frío y las lluvias del invierno que se acerca, dar clase con las ventanas abiertas no será una opción en muchos centros frente a los que, al contrario, sí podrán hacerlo ante la cada vez más evidente importancia de los aerosoles en la transmisión del coronavirus. Así, cualquier tecnología o sistema para renovar el aire viene a sumar: los limpiadores de aire con filtros HEPA y los medidores de CO2 se presentan como una solución capaz de minimizar los riesgos para contener la propagación del virus y es evidente que, con estos equipos HEPA, cuando llegue el frío del invierno, no sería necesario tener abiertas las ventanas de las aulas de modo permanente, lo que iría en beneficio de la salud de alumnos, maestros y profesores.
La tecnología de los filtros HEPA permite limpiar micropartículas en suspensión. Es cierto que los científicos advierten de que la filtración no es la solución definitiva, pero sí una complementaria más para reducir las probabilidades de contagio del COVID-19, que debe acompañar a una estrategia triple: seguir ventilando clases, comprobar que la ventilación es adecuada con medidores de CO2 y reforzar con aparatos de filtrado (además de continuar con las medidas de seguridad personal de higiene de manos, uso de geles, mascarillas y distancia física. )
Los filtros HEPA eliminan el 99,94% de los aerosoles de las corrientes de aire, incluyendo los que puedan transportar COVID-19. Su uso es habitual para la limpieza en quirófanos de hospitales, salas de UCI y cabinas de aviones de pasajeros. Actualmente, hay equipos con filtros HEPA en el mercado que ya cuentan con medidores de CO2 incorporados.
A pesar de las evidencias y de la eficacia demostrada de este sistema, las distintas administraciones están mostrando una actitud pasiva para su facilitar su adquisición, instalación y mantenimiento de estos filtros. Apenas unos pocos ayuntamientos como Fuenlabrada, Móstoles, Pozuelo y Boadilla han empezado a adquirirlos siendo las familias quienes se están haciendo cargo de la compra en la mayor parte de los casos. Precisamente, desde ULEG presentamos un ruego en el pasado pleno de noviembre con el objeto de que nuestro ayuntamiento se sume a esta iniciativa de mejora sanitaria para todos nuestros centros educativos, encontrando una respuesta negativa y evasiva por parte del gobierno municipal que nos ha conducido a presentar esta moción para que el conjunto de la Corporación se posicione al respecto.
Por todo ello el ayuntamiento de Leganés,
ACUERDA
1.- El Ayuntamiento de Leganés dotará de limpiadores de aire con filtros HEPA a todos los centros educativos de Leganés.