Al ayuntamiento le gusta autoproclamar a Leganés como una ciudad comprometida con el medio ambiente. Sin embargo, y más allá de operaciones de corte propagandístico de dudosa utilidad, son varios los hechos que contradicen esta idílica opinión. Por ejemplo, sólo existe un artículo en la Ordenanza de Medio Ambiente y tres en la de Urbanismo que trate temas de iluminación, siendo el alumbrado público, el gasto energético y la contaminación que se genera un asunto clave para un municipio de las características de Leganés, tanto por su parque de luminarias, como por su mantenimiento.
Según el IDAE si se siguieran criterios racionales de iluminación se podría ahorrar hasta el 20 % en la factura eléctrica. En este sentido, un objetivo útil para la recién creada Agencia de la Energía podría ser la elaboración de una ambiciosa y restrictiva Ordenanza que regule de manera integral el alumbrado del municipio. "Es primordial que Leganés se ponga a la vanguardia en esto, no sólo por criterios de sostenibilidad o de impacto de la iluminación, sino también por criterios económicos y de ahorro de recursos", explicó el edil Carlos Delgado.
Las líneas maestras que deben primar en la ordenanza que ULEG impulsa son: homogeneizar los modelos de luminarias; fijar una tasa máxima de contaminación intentando aplicar criterios lo más restrictivos y progresivos posibles; implantar distancias mínimas entre luminarias y vegetación; instalar sistemas automáticos de control de funcionamiento para un mejor mantenimiento; establecer potencias máximas en función de la altura o valores mínimos de iluminación "Es verdad que algunos de estos aspectos técnicos se regulan y se están observando, pero se antoja imprescindible compendiarlos y completarlos en un único documento, por lo que lanzamos esta propuesta para que la Agencia de la Energía se comprometa a elaborar en un periodo razonable una Ordenanza que regule el alumbrado exterior del municipio, tanto público como privado (p. ej. comunidades y urbanizaciones)", remarcaron desde ULEG.